Durante la mayor parte del ciclo productivo en los invernaderos de la cuenca del mediterráneo pueden alcanzarse temperaturas máximas diurnas muy elevadas, pudiéndose llegar en el interior de los invernaderos a temperaturas que no son compatibles con el correcto desarrollo de los cultivos.
El exceso de radiación solar y temperatura pueden provocar estrés hídrico, el cual afecta al crecimiento de la planta al producirse una reducción de la altura, tallo, raíz, área foliar, peso foliar específico y biomasa de la planta ya que influyen en el proceso de fotosíntesis.
Para solventar estos problemas es necesario recurrir a algunas técnicas de climatización para disminuir los efectos. Una de las técnicas más empleada es el blanqueo de la cubierta de los invernaderos, el cual refleja la luz y reduce de esta manera el calor dentro del invernadero.
El sombreo de los invernaderos constituye una práctica imprescindible para controlar la temperatura y la radiación que llega hasta nuestros cultivos, evitando los posibles daños que estas puedan ocasionarle. Hay que prestar atención tanto a las dosis como a las fechas de blanqueo, ya que un exceso de luz puede provocar una saturación lumínica para el cultivo, y la falta de ésta puede provocar el ahilamiento de las plantas e incluso el aborto de algunas flores.